JUAN ANDALUZ

En la penumbra de la taberna, al final de la barra carcomida y vieja ,estaba el.Era hombre de campo ,fraguado en los terrones de la era ,cocido al duro sol del mediodía y festejado por la dureza de una vida que asustaría a muchos sufridores de diario.Siempre estaba allí, con el cobijo de una copa de vino blanco, cómo le gustaba a su padre y como bebía su abuelo.Era hombre de pocas palabras y mucho pensar.Los días interminables en las llanuras cultivadas trabajando de sol a sol le habían hecho taciturno y solitario pero muy reflexivo,quizas demasiado para estar en el ocaso de su vida.Pero esta misma vida que te tatúa arrugas en la frente, te cuadra de una manera casi imposible, de volver atrás.
El siempre decía que era hombre de otro tiempo, que el que corría no le gustaba o al menos no lo comprendía ,que “ to” se había perdido y que no había respeto,pero detrás de su mascara de tristeza y soledad, todo lo vivía y todo lo veía y no dejaba títere con cabeza en su muy bien amueblado cerebro.
Siempre decia que si su padre le hubiera dado estudios ; pero a el no le hacían falta los estudios ,el se habia doctorado en vida y verdad,y su cátedra era un saber vivido.Se llama Juan y nos hablara de nuestras cosas y viviremos junto a el mil aventuras.Se llama Juan y podría vivir en cualquiera de nuestros pueblos.Es sabio, se llama Juan, Juan Andaluz.