
Entro en la oficina, ordeno sus breves pertenencias de la mesa.Alzo la mirada, atisbo el ambiente reinante y percibió un “ no se que “ ,que le altero levemente .Se palpaba una tensión escondidad,algo raro que perturbaba lo cotidiano.
Comenzó a trabajar en su rutinaria tarea y mientras , entro al recinto el Jefe de personal.Con paso firme y altivo avanzo por el pasillo hasta llegar al lado de nuestro amigo.
Golpeo levemente su hombro y le dijo.
Manuel, por favor en cinco minutos acuda a mi despacho.
A Manolo se le seco la boca .un regusto pesado y pastoso casi le impedía tragar.El corazón de siempre le palpitaba a un ritmo no acostumbrado en su monótona vida y un frío glacial le subía desde el cuello hasta las sienes.
Pase Manuel , pase y siéntese .Ya sabe como están las cosas, a quien mejor que a usted se le puede contar…lo difícil que es llegar a fin de mes con algo de beneficio y lamentablemente Manuel , muy a nuestro pesar, nos vemos obligados a prescindir de usted.
Manolo solo escucho “ prescindir “ y su mente se elevo., alejándose de ese despacho y de las duras palabras del jefe de personal.Penso que en un instante se le esfumaban de su vista mas de veinte años de trabajo duro, de una tarea que nunca le gusto…
Pensó en sus compañeros, a los que después de tanto tiempo juntos no había podido considerar a ninguno como amigo.Tambien pensó en su mujer y en sus hijos, aquellos que le ninguneaban día a día y prescindían de el como padre y esposo.Parecian valerse por si mismos.
De repente , una sonrisa asomo a sus labios y ante la perplejidad del Jefe que seguía y seguía justificando la acción que realizaba , Manuel pensó que quizás no fuera tan malo, que tal vez tras la puerta que se cerraba , otra mejor se abría , llena de oportunidades.
Casi sin darse cuenta se vio recogiendo sus tristes pertenencias y guardando en su cartera un cheque generoso que coronaban muchos años de trabajo, salio a la calle, respiro hondo y vio un día completamente diferente , camino hacia un bar distinto al de siempre pidió una esplendida copa de Brandy y encendiendo el pitillo que le había pedido a la chica de al lado creyó por fin en la resurrección…
Pues parece ser que se lo tomó bastante bien, eh?
ResponderEliminarAnda que no estaba harto el hombre de todo...
Aunque no a todos les sienta igual que les digan que hay que prescindir de ellos.
Besos, Juan Antonio!!
Que fuerte y que real en nuestros tiempos
ResponderEliminarUn saludo
Que fiel realidad, que bonita canción ozu.
ResponderEliminarMe vOy de tapas ahora mismo oy a clikar en esas tapas a ver que tapa me pido.
Un abrazo Juan Antonio
Se tendría, además, que fumar ese pitillo en la calle, con el frío qye hace...
ResponderEliminarBesos.
Debe ser un valiente.
ResponderEliminarLa mayoría nos hubiéramos hundido.
Saludos.
Que cruda realidad Antonio, hay tantos casos similares en estos tiempos, tantas familias al borde del abismo y tan poco que podamos hacer.
ResponderEliminarEspero que esto se arregle pronto por el bien de todos.
UN ABRAZO AMIGO
Hola Juan Antonio:
ResponderEliminarHoy viernes al rededor de las 12 de la noche 0:00,daré un premio para los 500 seguidores de «Estoy a tu lado», pasa a recogerlño cuando quieras.
Con ternura
Sor.Cecilia
Hola Juan Antonio.He pasado por su blog y con su permiso me quedo ya que ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarUna actitud muy positiva de Manuel, la de pensar en que puede tener una oportunidad mejor.Seguir ahí y con ese jefe tampoco tenía mucho sentido.
ResponderEliminarFue un agrado visitarte.
Saludos cordiales y hasta pronto!!